Vladimir Putin. Foto: EFE.

Las cosas no están saliendo de acuerdo a lo planeado por Vladimir Putin con la invasión de Rusia a Ucrania. El líder del Kremlin ve empatanadas sus maniobras en Europa del Este, y el conflicto bélico se extiende mucho más de lo (por él) deseado. Ahora, en esa difícil coyuntura, todo va de mal en peor ya que se ha confirmado la muerte

de Nikolai Gorban, quien era un alto mando de la FSB, el servicio secreto que fue la continuación de la todopoderosa y temida KGB. El efectivo cayó en el teatro de operaciones ucraniano y su muerte ya tuvo consecuencias.

Gorban, de 36 años de edad y fallecido el pasado 2 de agosto, era de suma confianza para Putin; por lo cual el jefe ruso determinó una medida drástica. Destituyó a seis coroneles

acusándolos de “un mal desempeño” en la guerra, con todas las complicaciones que ello implica para Rusia.

Estas “bajas” en las Fuerzas Armadas rusas son seguidas de cerca por la inteligencia británica. Se sabe que entre los efectivos militares que fueron sacados del medio por Putin, se encuentran el coronel Aleksandr Chayko y el coronel Aleksandr Zhuravlev, ambos al frente de los Distritos Militares Orientales y Occidentales de Rusia respectivamente. 

Se desconoce la identidad de los otros acusados por Putin.

Fuentes confiables aseguran que como mínimo, o probable, los dos militares simplemente perdieron sus puestos

. De todos modos, nadie puede asegurar la suerte que hayan corrido tras la furia inocultable de Putin.


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Fuente Diario 26